Gotas de lluvia que inundan la ciudad. Oxígeno que me llega a través del humo del cigarro. Manos calientes, aroma a café, labios secos. Aquella melodía que no para de sonar y siento muy lejos. Mi mirada en tus ojos dormidos. Viento que golpea el cristal, y mi perro no deja de ladrar. Velas encendidas y ese olor a vainilla. Tacto suave, páginas viejas que se rompen como susurros, esos que hielan la piel. Silencios agradables, repetitivos, confusos, afligidos. Mar de estrellas, a veces fugaces, como los amores eternos. Versos inacabados en dedos inexpresivos. Las mejillas rosadas mi color favorito, como el verde, a mi lado. Y supongo que todo esto es lo que me hace ser.

Seguidores

Por fin puedo avanzar


Al fin dejé de esperarte.
Rompí las cadenas que ataban mi corazón
a ti.
Y ahora camino firmemente sin mirar atrás,
dejando olvidado el dolor de cuello que me provocaba mirar si te encontrabas
detrás
de mí.
Sé bien por donde ando,
me he quitado la venda que solo me hacía chocar contigo.
Me he quitado los zapatos que solo sabían llevarme al sitio donde estabas
tú.
Miento si te digo que esto es fácil, he descubierto que en asuntos del amor nada lo es.
Suerte que te fuiste.
Suerte que ya lo tengo todo claro.
Suerte que me has roto el corazón, ahora que lo tengo debilitado, es más fácil que gane la cabeza.